Tendremos suerte si un día aceptamos que nos aligeramos en la medida que soltamos todo lo que hace mal, todo lo que el imaginario crea, todo lo que se percibe y no es, lo que abrazamos siendo irreal. Lo que hace de nosotras soledad, pero una que pesa y no acompaña y si lo hace es para mal.
Ese día, el día que tengamos suerte al reconocer lo que verdaderamente fue, ese día abrázame, porque seguramente ya no esté, en tu realidad mutante, en mi pasado vociferante, en esta… nuestra nueva libertad.
