Federico llamó y hablamos de un abril apacible
Después tomó mi mano y me llevó al cobijo del séptimo arte
Federico enfatizó la dubitativa forma de vivirnos
Luego reímos, ante la estrepitosa vida del privilegio
Federico cuestionó un filme que resultó vacío
Luego me abrazó, comprendiendo mi repudio al frío
Federico condujo por caminos conocidos
Después reveló que la música española es la mejor compañera del vino
Federico me hizo al amor, aunque el amor en el sexo sea simplemente espejismo
Luego me abrazó y toda la noche se convirtió en sueño
Federico me instruyó al café, mientras preparaba el escenario de la satisfacción
Después surgió una íntima revelación, entre charlas y nuevas sensaciones
Federico me despidió con su intrépida sonrisa
Y me fui con él, aunque él estuviera cada instante más lejos
Federico volvió de entre tantas llanuras perdidas
Federico aquí está
Federico soy yo
