Como un milagro que sin conocer, se amó desde siempre.
Como aquella idea perfecta de la vida, o de lo que se espera de ella.
Así, arribaste con luz en momentos que se tornaron en torbellinos de incertidumbre,
la tempestad arropó tus primeros instantes, revolucionando nuestros corazones.
Uniste lo que con el tiempo se disocia, nos diste calma en el estruendo, reconstruiste todas nuestras motivaciones y la fe que a veces olvidamos.
Guerrera de las batallas más grandes, vencedora del temor que nos arropó.
Bienvenida pequeña, recién llegas y ya te abraza todo el amor que tenemos para ti.